Un sueño con raíces

Finished 09 / 03 / 2013
Funded!
Received
€ 4.440
Minimum
€ 3.300
Optimum
€ 4.950
93 Co-financiers
Channel
  • Contributing € 5

    Reconocimiento en nuestra web

    Por apoyar nuestro proyecto, tu nombre aparecerá en una lista pública de agradecimientos

    > 13 Co-financiers
  • Contributing € 15

    Semillas

    Recibirás un sobre con algunas semillas producidas en nuestra huerta + Reconocimiento en nuestra web

    > 26 Co-financiers
  • Contributing € 30

    Audiovisual un sueño con raíces

    Recibirás un audiovisual con la descripción de nuestras actividades agroecológicas (a las que estarás contribuyendo) + Reconocimiento en nuestra web

    > 03 Co-financiers
  • Contributing € 40

    Semillas y audiovisual

    Te enviaremos semillas producidas en nuestra huerta + Audiovisual con la descripción de nuestras actividades + Reconocimiento en nuestra web

    > 05 Co-financiers
  • Contributing € 50

    Glosario para el agroecologista

    Recibirás un CD con una copia de "Un glosario para el agroecologista" + Reconocimiento en nuestra web

    > 04 Co-financiers
  • Contributing € 60

    Pack de material

    Te enviaremos semillas producidas en nuestra huerta + CD con una copia de "Un glosario para el agroecologista" + Audiovisual con la descripción de nuestras actividades + Reconocimiento en nuestra web

    > 04 Co-financiers
  • Contributing € 100

    Visita a la granja

    Tendrás la oportunidad de pasar un fin de semana en nuestra granja y de participar de forma activa en nuestras actividades (un sábado y domingo completo de alojamiento, comida y excursiones) + Semillas + Reconocimiento en nuestra web

    > 03 Co-financiers

Después de la lluvia

18 | 03 | 2013
Después de la lluvia

En los días de lluvia todo se para y la selva parece dormirse y descansar. Todo es silencio y agua, los elementos primordiales de los que nace la vida. Los colonos se quedan en casa a matear, esperando que la lluvia pare para volver al trabajo de todos los días. Pero sin mucho apuro, se cosechó ya el tabaco y no hay ningún trabajo en los campos que no pueda esperar.

Pero hoy ha vuelto el sol y los colonos vuelven al trabajo juntos a los demás hijos de la selva. Vuelve el sol y con él puedo escuchar de nuevo al canto de los pájaros, ver los colores fértiles de la selva y moverse entre ellos los monos, sentir el grito incansable del arroyo que en estos días se ha hecho caudaloso y contemplar de nuevo con alegría y temor los miles de insectos que pueblan el monte.

Ha vuelto el sol y con él vuelven al trabajo también los madereros. La dulce e impetuosa armonía de la selva se quiebra y a lo lejos se vuelve a escuchar el ruido de las motosierras, de los tractores y de los camiones. Ellos también son hijos de la selva. Mientras ellos tumban, nosotros recolectamos semillas de arboles nativos para reforestar. Mientras ellos venden madera movidos por la necesidad y practicando su derecho a no pasar hambre, nosotros, respondiendo a un imperativo ético, la protegemos, exigiendo que se respete también el derecho de nuestros y sus hijos e hijas a disfrutar en futuro de la misma cantidad de recursos, de la misma belleza, de la misma selva...

Pero, así como exigimos que se respete el equilibrio de la selva, que se trabaje en armonía con ella, sabemos que es necesario trabajar en equilibrio con todas las fuerzas que la atraviesan. Que no será simplemente por denunciar la destrucción del bosque, que es cierto que es necesario hacerlo, que salvaremos el bosque, sino que ofreciendo alternativas viables y sostenibles a sus habitantes. Trabajando codo a codo con ellos, aprendiendo de ellos y aprendiendo con ellos como producir y vivir sin considerar la naturaleza una fuerza hostil o una reserva de recursos gratuitos, sino que una hermana y madre con la que coexistir, de la que somos creados y de la que crear. Porque como dicen los indígenas de los Andes: somos familia de todo lo que brota, crece, madura, se cansa, muere y renace. Cada niño tiene muchos padres, tíos, hermanos, abuelos. Abuelos son los muertos y los cerros. Hijos de la tierra y del sol, regados por las lluvias hembras y las lluvias machos, somos todos parientes de las semillas, de los maíces, de los ríos y de los zorros que aúllan anunciando como viene el año. Las piedras son parientes de las culebras y de las lagartijas. El maíz y el frijol, hermanos entre sí, crecen juntos sin pegarse. Las papas son hijas y madres de quien las planta, porque quien crea es creado. Todo es sagrado, y nosotros también. A veces nosotros somos dioses y los dioses son, a veces, personitas nomás.

Gracias a los aportes recibidos en estos días de campaña podremos poner en marcha nuestra huerta agroecológica. Con ella podremos producir y vender los frutos y las semillas para que nuestro centro demostrativo siga adelante. Para que podamos persistir en nuestro proyecto de formar y formarnos juntos a nuestros vecinos a una manera diferente de relacionarnos con la selva, de producir en ella, de vivir con ella.

Ya estamos empezando a preparar nuestra huerta de invierno y ya vamos planificando los talleres de capacitación para la próxima primavera. En breve empezaremos a construir el pozo y pondremos en marcha las obras necesarias para que se aprovechen las aguas de la lluvia para la producción y para que las mismas, en los periodos muy lluviosos, no sean perjudiciales para nuestros cultivos.

Gracias a vuestra ayuda ya hemos empezado a hacer, a crear, a darle carne y hueso a nuestros deseos, pero sin dejar de soñar, porque sabemos que solo soñando una realidad diferente podremos construirla, podremos encontrar las fuerzas para resistir a la destrucción que la visión productivista del desarrollo impone, persistir e insistir en nuestra voluntad de transformación y de cambio.

Es por ello que hoy os escribo, no simplemente para agradecer las contribuciones pequeñas y grandes que harán posibles nuestros sueños, sino que también, y sobre todo, por haber dado cuerpo y fuerza a nuestros sueños, por haber fortalecido y llenado de sentido nuestra ganas de caminar la vida de forma responsable, por haber caminado a nuestro lado y habernos hecho vivir la alegría de saber que somos much@s a soñar colectivamente, a construir colectivamente, un mundo diferente y más justo.

Muchas gracias a tod@s
Piero

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